frente radical

La violencia en el fútbol argentino ha estado presente prácticamente desde sus comienzos. Desde el primer asesinato registrado, ocurrido en Montevideo, en 1924, luego del último partido del Campeonato Sudamericano entre los locales y la selección argentina, hasta comienzos del siglo XXI, este fenómeno se ha cobrado una cifra estimativa de por lo menos un centenar y medio de víctimas fatales y gran cantidad de heridos. Hasta el año 2000, sólo 16 casos terminaron en condena, involucrando a 33 personas. Si bien en Argentina todas las barras bravas son consideradas peligrosas, organismos de seguridad[4] consideran las de River Plate, Boca Juniors, Rosario Central y Newell's Old Boys como las más peligrosas.
Se tienen noticias de la violencia en el fútbol desde principios del siglo XX, tanto en los partidos del fútbol argentino como en los partidos entre Argentina y Uruguay, en Montevideo y en Buenos Aires. Pero el hecho que trascendió se produjo en el último partido del Campeonato Sudamericano de 1916, que definiría al campeón, disputado el 16 de julio de 1916 en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires. Debido a la sobreventa de entradas, 40 mil personas se acercaron a ver el partido en un estadio que sólo podía albergar a la mitad. El encuentro fue suspendido debido a los desmanes producidos en las tribunas, que terminaron incendiadas.